Recomendaciones para mejorar el estado de ánimo

¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI ESTADO DE ÁNIMO?

En éste momento tan difícil para todos, en que nos cambio la vida y tuvimos que hacer un alto y renunciar a nuestro estilo de vida, parece que las emociones y los pensamientos negativos se han adueñado de nuestro día a día.

Es por esto, que debemos conocer e implementar algunas estrategias que nos permitan retornar a nuestro centro y recuperar algo del bienestar que hemos perdido.

1. Establecer objetivos alcanzables a corto plazo, y que esta a su vez tenga establecidas metas, que nos permitan sentirnos mejor y más unidos a nuestra naturaleza.

2. Organizar horarios de sueño y de descanso ya que no dormir las horas necesarias puede causar desequilibrios en nuestro estado emocional, y hacernos sentir con poca energía para realizar las actividades diarias.

3. Hacer deporte es una de las estrategias más eficaces para subir nuestro estado de ánimo, ya que al realizarlo nuestro cerebro libera endorfinas (hormonas de la felicidad y el placer).  La recomendación es ejercitarse 3 veces por semana durante al menos 20 minutos. 

4. Recurrir a los amigos o familiares que nos hagan sentir bien, podemos realizar vídeo llamadas en donde la charla gire en torno a un tema que nos haga sentir bien o nos haga reír.  También podemos realizar actividades en conjunto (hacer ejercicio, cocinar, cantar, hacer retos, etc) 

5. Durante el transcurso de nuestra vida nos vemos sometidos a muchos estresores, es fundamental implementar técnicas de relajación y respiración en tu rutina diaria, estos te ayudaran a reducir el estrés, a sentirte más tranquilo y a pensar con mayor claridad. Dedícate 10 minutos diarios.

Cuando no sepas qué hacer...FLUYE!

Lee con atención la siguiente historia: 

Buda y sus discípulos emprendieron un viaje por diversos territorios y ciudades. Un día en que el sol brillaba con todo su esplendor, vieron a lo lejos un lago y se detuvieron, asediados por la sed. Al llegar, Buda se dirigió a su discípulo más joven e impaciente y le dijo:

–Tengo sed. ¿Puedes traerme un poco de agua de ese lago?

El discípulo fue hasta el lago, pero cuando llegó, un carro de bueyes comenzaba a atravesarlo y el agua, poco a poco, se volvía turbia. Ante esto, el discípulo pensó: «No puedo darle al maestro esta agua fangosa para beber», por lo que regresó y le dijo a Buda:

–El agua está muy fangosa. No creo que podamos beberla.

Pasado un tiempo, Buda volvió a pedir al discípulo que fuera hasta el lago y le trajera un poco de agua para beber. El discípulo así lo hizo. Sin embargo, el lago todavía estaba revuelto y el agua perturbada. Regresó y con un tono concluyente dijo a Buda:

–El agua de ese lago no se puede beber, será mejor que caminemos hasta el pueblo para que sus habitantes nos den de beber.

Buda no le respondió, pero tampoco realizó ningún movimiento. Permaneció allí. Al cabo de un tiempo, le pidió al mismo discípulo que regresara al lago y le trajera agua. Este, como no quería desafiar a su maestro, fue hasta el lago; iba furioso, pues no comprendía por qué tenía que volver, si el agua estaba fangosa y no podía beberse.

Al llegar, observó que el lago había cambiado su apariencia: tenía buen aspecto, lucía calmo y cristalino. Recogió un poco de agua y se la llevó a Buda, quien antes de beberla la miró y le dijo a su discípulo:

–¿Qué has hecho para limpiar el agua?

El discípulo no entendía la pregunta. Él no había hecho nada, era evidente. Entonces, Buda lo miró y le explicó:

–Esperaste y la dejaste ser. 

De esta manera, el lodo se asentó por sí mismo y ahora tienes agua limpia. 

¡Tu mente también es así! 

Cuando se perturba, sólo tienes que dejarla estar. Dale un poco de tiempo. No seas impaciente. Todo lo contrario: ¡sé paciente! Tu mente encontrará el equilibrio por sí misma. 

No tienes que hacer ningún esfuerzo para calmarla. Todo pasará si no te aferras.

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En conclusión, a veces "no hacer nada" puede ser la mejor manera de responder ante los desafíos de la vida.